Wednesday, November 23, 2005

Laberinto



El trabajo que nos propone Blay con el inconsciente es una propuesta nueva, para mí, que no encontré antes en otros caminos de crecimiento interior. Por un lado estaban la meditación, la observación, la desidentificación, y otras técnicas, y por otro, abandonada a su suerte, la parte reprimida que reclamaba comprensión y sus derechos, las olas cristalizadas de lo no vivido completamente.

Por lo tanto, yo tuve más de una vez que volver sobre los pasos, para ver y limpiar cascotes viejos, incluido el diván de psicoanálista.

Blay en cambio enseña técnicas precisas para trabajar con todo eso.

Con ese mar lleno de contenidos, de imágenes, de temas por sacar, expresar, dar cabida.

Y el blog, creo, es un camino válido, como tantos otros, para la expresión de lo reprimido.

Yo prefiero hacer ese trabajito en el bichito de luz y dejar éste para profundizar desde otro lado.

El bichito está soltando lastres, desordenadamente, pero hay que darle paso, creo, a todo eso. A mis niñas. Sin trabas ni pudores.

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